Descendencia de Manuel de Yrigoyen y Garmendia (España, 1780)en Paraguay y Argentina. Sirva este blog como medio de unión y contacto entre todos sus descendientes. Información y mensajes: irigoyencarlosm@gmail.com

viernes, 11 de septiembre de 2009

Doctor Santiago Irigoyen Garzón y flia


Centenario de su nacimiento

El Dr. Santiago Irigoyen Garzón, cuyo centenario de nacimiento se cumplirá mañana (Martes 25 de Julio de 1972), perteneció al grupo de juriconsultos que, a fines del siglo pasado y comienzos del presente, consolidaron el prestigio de nuestra justicia y de la Universidad Provincial de Santa Fe.
Había nacido en Córdoba, en el hogar patricio de Manuel Victor Irigoyen y Gómez de la Pedrueza y de Gregoria Garzón y Vazquez de Maceda, luego de cursar estudios en Villa María, escuela normal de Santa Fe y colegios nacionales de Rosario y Córdoba, inició las carreras de medicina e ingeniería que abandonaría pronto para abrazar la de leyes, obteniendo a los 26 años el título de doctor e n jurisprudencia de la Universidad Cordobesa.
Poco años más tarde se incorporó a la magistratura de nuestra ciudad, donde había formado su hogar con Manuela Freye Iturraspe, y tras una larga carrera judicial fue Presidente del Tribunal de Justicia de 1908 a 1910.
A la vez, y sin descuidar la atención de sus estableciminetos de "Mallín" (Córdoba) y " El Durazno" (Santa Fe) dictó las cátedras de filosofía, literatura y finanzas en la Universidad de Santafesina, de la que fue elegido rector en 1905, obteniendo durante su gestión que se otorgara validez nacional a los diplomas expedidos por la casa provincial de estudios universitarios.
Por lo demás no escatimó su versación y experiencia aportando su consejo como convencional por el departamento Castellanos, en la asamblea constituyente que reformó nuestra Carta en 1908 , como asimismo a las reformas efectuadas por la Constituyente de Córdoba, en 1912.
La figura del Doctor irigoyen que supo alternar con mesura la apacible vida familiar de antaño con las tertulias del Club del Orden en 1912, su dedicación a la cátedra y el dictado de justicia, será evocada en la misa que por encargo de sus descendientes se rezará mañana a las 19 hrs en la Catedral Metropolitana.
Fuente: EL LITORAL lunes 24 de Julio de 1972

Blanco y Azul, una Pintoresca Publicación de Principios de Siglo.

En otra oportunidad hemos destacado que la primera revista que se publicó en nuestra ciudad es "Santa Fe Literario", aparecida el 1° de enero de 1890 y dirigida por Genaro Doldán. Luego surgen el "Almanaque Santafesino" (1 892) y la "Revista Santafesina", fundada y redactada por José G. Paz en 1895.
Con estos antecedentes nace "Blanco y Azul" el 6 de octubre de 1890, editada por la Imprenta La Velocidad de los Hnos. Martínez, calle Comercio 612 (entre Primera Junta y Tucumán).
En los primeros tiempos se publica anónimamente. Recién en enero de 1901 aparece Amadeo Gómez como su primer director; actuando como secretarios de redacción,
Sebastián García y Juan C. Maciá; y como administrador: Emilio Martínez. A este último hay quienes le atribuyen haber fundado esta revista en 1899. Posteriormente fueron directores Sebastián García y Juan Julián Lastra, y secretarios de redacción, Carlos Alberto Leumann, Sergio Reinares y Gerónimo Cello. El último número de esta importante publicación es del 26 de junio de 1904. La colección que poseemos data del 20 de noviembre de 1900 hasta el 18 de marzo de 1903.
Entre sus colaboradores más destacados cabe señalar, en poesía, a José Cibils, Luis Martinez Marcos, Horacio F. Rodriguez, Angela Geneyro, Carlos Alberto Leumann, Mercedes Pujato Crespo, Arturo Valdés Taboada, José H. Thomas, Rodolfo Rivarola, F. Velásquez Pujadas, Juan Carlos Maciá, y Juan Julián Lastra, entre otros.
En ensayo o prosa poética advertimos a José Ingenieros, Am
adeo Gómez, Santiago Irigoyen, Manuel Beney, Antonio Juliá Tolrá, Jacinto R. Viñas, Benjamín Recamán, Ramón J. Doldán, Rodolfo Benuzzi, Raúl Villarroel, Sergio Reynares y Carlota Garrido de la Peña. En esta revista hacen sus primeras armas como cuentistas, Manuel Gálvez ("Lo más positivo"), Gustavo Martínez Zuviría ("Dos grumetes") y Carlos Alberto Leumann ("La venganza de Efraín"), como así también Antonio Juliá Tolrá, Luis Carneades, Reynaldo Monje, Francisco Cabello Navas y Armando Antille(Drama de amor").
Por su pintoresquismo merecen la atención algunos actos literario-artísticos, expresión muy singular de esa época. Con él título de "Exposición feminista" el cronista da cuenta de u
n acto organizado por la Comisión Pro Pan de los Pobres, presidida por María Cervera. Las niñas santafesinas declaman los versos entonces en boga: Gloria Cello, acompañada al piano por Ester Ureta, recita un romántico texto. Adelina Comas hace lo propio con un poema de Horacio F. Rodriguez, titulado "Fiat"; al par que Ester Ureta y María Clementina Busaniche la emprenden con un afiatado dueto de piano y mandolina, interpretando "Noches de estío" (anónimo).
Luego de un recitado de Mercedes Picazo ("Le Papillon rose"), se produce un cambio de escena y se ll
eva a cabo un asalto de florete (deporte entonces de moda) entre los jóvenes Ignacio Risso y Elpidio Castellanos, bajo la dirección del conde de la Torre. Breve intervalo, y los niños Juan Mundín y Merceditas Picazo interpretan "Dormez, Magnon", en violín y piano. Luego, otro asalto de florete. Y para rematar: "El alma de Santos Vega", un toque plenamente nacional, con versos recitados por María Clementina Busaniche, acompañada al piano por Isabel Aguirre.
Lo interesante es que al otro día, en "Blanco y Azul", el cronista social, escondido bajo el seudónimo de "Bohemio", tocado a fondo por el recitado de la señorita Busaniche, escribe un apasionado artículo, donde dice entre otras cosas elegantes: "... y oyéndola recitar, he vivido por un instante esa vida extrahumana del ensueño poético, y mi espíritu, que es una golondrina ansiosa de mucha luz, ha sentido en sus reconditeces más íntimas fruiciones exquisitas... Y a través de sus versos hemos visto, `allá en la laguna donde se besan los cisnes, llegar al payador / hasta las márgenes solas, / y hundir su potro en las olas / con la guitarra en la espalda". Cuando leíamos esto, amén de emocionarnos, hemos penado ¡cómo se habrá mojado la guitarra!
Toda la vida santafesina de principios de siglo está reflejada en las páginas de "Blanco y Azul". En febrero de 1901 se describen los preparativos que se están realizando para festejar
el Carnaval.
Preparación de
carromatos, confección de disfraces, decoración de las calles para el corso, y fundamentalmente, la organización de las comparsas, que son numerosas, y los respectivos ensayos orquestales.
Se adelanta que el grupo Lucero del Nort
e, cuyo director es Arturo Bianchini y su director de orquesta, don Francisco Parreño, ha confeccionado ya la vestimenta para todos sus integrantes: "Sombrero de tres picos, con pluma verde; chaquetilla a la marinera, verde, con corbata punzó, cinturón amarillo y pantalón blanco". La comparsa La Juventud del Norte, dirigida por el profesor Ignacio Zorilla, posee 37 instrumentos musicales. Las piezas de la orquesta están dedicadas al gobernador D. Rodolfo Freyre, a D. Sixto Sandaza, a Genaro Carrió y a D. José Courau. El traje a lucir será al "estilo Francisco I", con "gorro granate y plumas de colores; pantalón granate hasta la rodilla, con moño rosa; medias celestes y zapatos negros". Presidente: Eduardo Fernández; director honorario, el profesor Alejandro Rodelli. Los Artesanos anuncian que vestirán con blusa punzó, boina azul con escarapela, capa punzó, medias negras, zapatos amarillos y un cuello amarillo. 41 músicos.
Se anuncia también que la comparsa Los Doctores, si bien no adelanta su vestimenta, "será el grupo que hará furor por lo estr
ambótica de su indumentaria". Presidente José Gabriel Ramos. Y ya, por aquellos años, hay un párrafo especial a Los Negros Santafesinos, con sus trajes rojos y blancos, sus amplios sombreros de paja, con espejos, sus escobas, guitarras y violines.
No todo es frivolidad. En cada número hay un comentario jurídico o filosófico, firmado por profesores de la Universidad de Santa Fe. En un número especial, dedicado al Gral. San Martín, colaboran los doctores Eduardo Ferreyra, Silvestre Hernández López, Santiago Irigoyen, Salvador Salva, José Oliva y Ramón J. Doldá, todos, de la Facultad de Derecho; y los estudiantes: José Codoni, Antonio Pautasso y Elías Guastavino. Además, se publican colaboraciones literarias.
La Comisión de Homenaje al Brigadier Gral. D. Estanislao López, que desde el siglo pasado venía luchando para poder erigir un monumento al caudillo santafesino, pre
para un acto cultural en el local de la sociedad Roma Nostra; oportunidad en que se representa la comedia "No a las mujeres o el compromiso de un padre", interpretada por José Elias Gollán, José del Sastre, Rómulo Martinez, José F. Botto, Victorio Spedalieri, Benjamín Ferreyra, Héctor Martínez y Héctor Castillo.
Mientras tanto, los lectores siguen con todo interés una enconada polémica desatada entre Manuel Galán, español residente en Buenos Aires (colaborador de "Blanco y Azul", y Gustavo Martínez Zuviría, quien como adelantamos, transita por la época de su iniciación literaria. A este último se lo acusa de plagio. El combate de papel y tinta se prolonga durante algunos meses, sin solución. Por su parte Martínez Zuviría (que aún no usa el seudónimo de Hugo Wast) las emprende luego contra Leopoldo Lugones y sus engendros modernistas que, al parecer, le disgustaban.
Uno de los poetas más destacad
os de nuestra ciudad, cuya pluma ilustraba los álbumes de entonces, las tarjetas postales o los románticos resquicios de un abanico, era, sin duda, Horacio F. Rodríguez. En una de las páginas de "Blanco y Azul", leemos uno de sus poemas favoritos, recitados por él, en las tertulias santafesinas. Está dedicado a "Mignon", la simbólica mujer de Montmartre, la que enamorara a Musset o inspirara a Verlaine: "Mignon, yo te conozco: bajo el cielo de Francia I el sol de la alegría tu frente iluminó; I tienes de las violetas la adorable fragancia I y eres linda, lo mismo que una estrofa de amor... Te adoro porque fuiste la diosa de la fiesta, / porque amas las liras y los versos de amor... / como un pájaro inmenso gorgeando está la orquesta; / ven, pues, y un `pas de quatre´ danzaremos, Mignon".
La vida teatral no escapa a los sabrosos comentarios de la revista. Cada noche en el Politeama (todavía no se había inaugurado el Teatro Municipal) era comentado en todos sus matices el espectáculo, desde la puesta en escena, y la labor de los actores, hasta la descripción de los atuendos femeninos de las damas y niñas que ocupaban los palcos.
Por entonces se representan en Santa Fe las óperas más en boga, y ya sea la "Traviatta", "Boheme", "Rigoletto" o "Lucia", son seguidas con apasionado fanatismo por el público que, a la salida, silba o canturrea sus famosas arias.
Las zarzuelas y las operetas alegran las noches y los espíritus; pero nada conmueve y atrapa a los santafesinos como los tremebundos dramas de Echegaray, Giacometti, Sardou o D`Anunnzio, por citar a algunos de los que hacían derramar mares de lágrimas a los compungidos asistentes.
Leemos también la llegada de los Podestá con su circo criollo a cuestas y la irrupción de los sainetes nacionales, con todo su sabor y picardía.
Son también
entretenidos los comentarios sobre las retretas de la Plaza 25 de Mayo, ingenuas y populares diversiones, donde todo un mundillo de galanteos se mueve bajo los acordes de la Banda de Policía dirigida por los maestros Parreño o Spreáfico y la severa mirada de las mamás. Dice "Blanco y Azul": "... la noche convidaba a lucir las elegantes toilettes, de variados colores e impalpables muselinas que ondulaban suavemente al rozar en ellas la más tierna brisa. Al través de las copas de palmeras y paraísos se filtraban los tímidos rayos de la luna, enviando una lluvia de besos muy suaves que se derramaban sobre las sedosas cabelleras que se movían al candencioso ritmo de un andar breve y ligero; breve y ligero como el pequeño salto de una sal-picada mariposilla que sale de su capullo...".
No menos pintorescos eran los paseos fluviales, tan en boga por aquellos años. En un verano de 1903, destaca el cronista un viaje por nuestros ríos hasta las Cuatro Bocas; paseo que con un sabroso asado en Santo Tomé. Otras excursiones se dirigían frecuentemente a San José del Rincón o a Paraná. De uno de estos, extractamos su relato. A las 8 de la mañana, toda la comitiva, con una improvisada orquesta de a bordo, parte hacia Paraná en el vapor "Ceres", cedido por D. Carlos Sarsotti. Llegados los viajeros a la otra orilla fueron agasajados e invitados a participar de una quermés; bailaron y luego participaron de los juegos programados. Al atardecer, emprendieron el viaje de retorno. "Entre las sombras de la noche sin luna dice la crónica-- se deslizaba el vapor, que era como un vehículo que llevaba a su bordo la Diosa Alegría, tal el bullicio que hacían la charla y las risas de las niñas que, en su mayoría, vestidas de blanco semejaban a una bandada de cisnesas jugando al amor entre las sombras pues, los cisnes negros, formando pareja buscábanles el camino del corazón con dulces palabras...". A las 20.30 hs. llegaron al puerto local, mientras "la banda del Guardia Cárceles anunciaba la terminación del viaje, que todos, sin excepción, hubiéramos querido que fuese interminable".
En febrero de 1903 el ya veterano
Club del Orden celebra sus bodas de oro. La vieja institución, renovando aquel baile que en mayo de 1853 ofreció en honor de los constituyentes, realiza también una función danzante, previamente se sirve un banquete, cuyos invitados de honor son Ignacio Crespo, Zenón Lassaga y Benito Freyre, los tres únicos socios fundadores sobrevivientes. A los postres hicieron uso de la palabra, don Benito Freyre, el presidente del Club, coronel José Maria Perez, el Dr. Ovidio Molinas, director del diario "La Opinión", el Dr. José G Paz, director de "Unión Provincial" y Mercedes Pujato Crespo.
Al repetirse esta recordación, 20 años después, pudo aún asistir como el único sobreviviente, don Ignacio Crespo (en
1923).
No queremos terminar nuestra nota sin hacer mención a otro de tantos actos literarios que tenían lugar entonces. Nos referimos al realizado en
el Politeama, bajo la dirección del Club Prometeo. Comienza el espectáculo con una resonante sinfonía "La fanciulla delle Asturie") ejecutada por la orquesta dirigida por Zelindo Palamedi. Habla luego el presidente honorario de la institución, D. Carlos Arguimbau; y abierta la parte literaria, Angela Geneyro declama un poema de su autoría ("Sueños de gloria"). El joven escritor Carlos Alberto Leuman recita "El borracho", el afamado poema de Joaquin Castellanos; y José del Sastre tiene a su cargo un divertido monólogo.
A continuación es presentado por Serafín Marjal (escultor) un "cuadro plástico". Luego recita el joven Ramón López Domínguez ("Prometeo" de Olegario Andrade) y Vicente Spedalieri interpreta una poesía, con música sincronizada y efectos acústicos. "Lástima
dice el cronista que al final los cohetes arrojados para imitar los rayos coléricos de Júpiter causaron risa en el auditorio...".Ante este desconcierto, cerrando el acto literario se lleva a cabo una "lucha entre gladiadores", tan mala, que la gente empezó a retirarse, lo cual determinó que los esgrimistas que esperaban su turno tuvieran que enfundar sus flamígeras espadas y marchar a casa.
Dentro de la sencillez y de la poca importancia que traen aparejados estos eventos, queremos destacar sin embargo, que "Blanco y Azul", c
omo así también otras revistas literarias - de aquellos años, ofrecen un atrayente repertorio de datos, no sólo para el simple curioso sino para el investigador. En sus variadas y pintorescas páginas está palpitante el alma de una época, con sus personajes, sus instituciones y sus costumbres. Surge así el Santa Fe de principios de siglo, con todo lo que sociológicamente aporta: la irrupción del gringo; la "belle époque" provinciana; los últimos aleteos de un romanticismo literario y musical; el choque aún persistente de dos culturas; el advenimiento de la comedia nacional; las influencias del modernismo en la literatura; las nuevas corrientes pedagógicas; el avance de las ideologías de ultramar y el brote de asociaciones anarquistas, la lucha entre la tradición y el progreso; el acercamiento al automóvil, al cine, al tranvía eléctrico y a otros tantos inventos de esos tiempos; el fin por último de algo que sólo quedaría en la nostalgia y el comienzo de una nueva etapa que todavía estamos recorriendo, sin haber hecho aún el balance.
Todo esto, parece mucho. Pero detrás de "Blanco y Azu
l" está eso y mucho más, escondido entre abanicos y álbumes, óperas y zarzuelas, gladiadores y espadachines, retretas y viajes fluviales, escritos pedagógicos y jurídicos, poemas y cuentos, muchachas que suspiran con Becquer y viejos que luchan por un pasado que no vuelve. Todo eso, que sin duda, es parte de nuestra pequeña historia.

José Rafael López Rosas






El Dr. Abelardo Irigoyen Freyre (hijo de Santiago Irigoyen Garzón y de Manuela Freyre Iturraspe) fue una figura en la medicina de nuestro medio. dedicado a la profesión médica con sacrificio y responsabilidad actuó de igual manera en los quirófanos de hospitales para desheredados como en los grandes sanatorios.
Fundó el Ministerd Pública de la Provincia y fue su primer Ministro, creador io de Saludel Código Bromatológico y del Instituto correspondiente. Puso todo su impulso en la construcción de las primeras colonias e institutos psiquiátricos de Santa Fe, y la salud mental le debe iniciativas primigenias en el país.
Fue presidente y miembro de innumerables Academias Científicas nacionales y del extranjero, como Holanda, Estados Unidos, Brasil, Alemania, entre otros.
Trabó amistad con varias personalidades de la medicina a nivel internacional, y a muchos de ellos los invitó para Congresos que tuvieron lugar en nuestra ciudad. Entre los más destacados vinieron: Hollinger, Chevalier Jackson, Portman, etc.
Fue vicepresidente del Primer Congreso Panamericano de Otorrinolaringología de Chicago, en 1946.
El Dr. Irigoyen Freyre nació en Santa Fe el 21 de enero de 1905 y falleció el 5 de febrero de 1950 en su ciudad natal. Lleva su nombre una de las calles céntricas de nuestra ciudad; que luego, desde la intersección con calle Urquiza lleva el nombre de Gobernador Vera.
Fuente: Para Conocernos de Luis Mino
http://www.paraconocernos.com.ar/?p=546http://www.hemerotecadigital.com.ar/diario/21179/?page=6&zl=4&xp=-1560&yp=-871

Doctor Santiago Irigoyen Freyre (h)